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Privacidad y naturaleza. ¿Cómo conseguir la máxima privacidad en una parcela de 500m2 rodeada de otras viviendas y al mismo tiempo no perder contacto con el jardín que la rodea?
La estrategia que permite dar respuesta a este interrogante se basa en un diseño de opuestos en sección. La planta primera se concibe opaca, de marcado carácter cerrado, para preservar la privacidad de las habitaciones. Se relaciona con el exterior exclusivamente mediante patios y terrazas, que constituyen jardines colgantes, y sirven a su vez como filtros de control climático. Por el contrario, la planta baja se proyecta diáfana, transparente y fluida, con vocación de diluirse en el jardín. El perímetro estrellado que se dibuja en planta es resultante de las direcciones principales que marcan la alineación principal y el fondo de la parcela. Un porche situado bajo el apéndice pretende convertirse en el espacio principal de estancia la mayor parte del año.
