La parcela ocupa en su totalidad una de las manzanas próximas al Paseo marítimo de Castellón. En la manzana existe un edificio catalogado, de dos plantas, que aloja la Casa de Cultura. La dimensión ajustada de la parcela, unido a la existencia del edificio catalogado en ella, dirigen la propuesta hacia un edificio compacto, de doble crujía, que deja espacio para las pistas deportivas del tamaño exigido además de otros espacios exteriores requeridos. A ello hay que añadir la voluntad de conseguir para la orientación de las aulas de infantil parte de componente Sur. Se plantea una volumetría compacta en tres plantas cada una con perímetros cambiantes, y superficies decrecientes según ascienden.