El proyecto se genera fundamentalmente a partir de una organización formal horizontal, en PLANTA, como consecuencia de las necesidades de movimiento de su usuarios (bebés y niños de 0 a 3 años). Dos conjuntos de criterios permiten enriquecer el proyecto mutuamente. El primero reúne conceptos de TOPOLOGÍA ESPACIAL y tiene que ver con el desarrollo perceptivo en la primera etapa de la infancia. El segundo, a partir de CRITERIOS BIOCLIMÁTICOS permite plantear una estrategia integradora en cuanto a cuestiones espaciales, constructivas y de instalaciones para todo el edificio. Asimismo, se da una solución al problema del CRECIMIENTO vertical planteado.
La articulación espacial del proyecto aspira a generar espacios más estimulantes para los niños a partir de la aplicación de algunas propiedades básicas del espacio topológico, esto es actuar mediante deformaciones, dilataciones y repetición dentro de un orden. Se trabaja el perímetro con el fin de garantizar la integración del edificio en su entorno y a la vez de proporcionar una adecuada relación interior-exterior a efectos de escala o visual.
El ritmo de la agrupación diagonal de las distintas aulas modula la profundidad de la planta y construye una imagen fragmentada del edificio adecuada para la escala de los espacios exteriores de juego requeridos. La calidad espacial de los espacios de circulación y zona de entrada se consigue gracias a la definición de un continuo adaptable que se dilata y contrae, y que acompaña ese movimiento diagonal que nace dentro del edificio. La deformación de la caja tipo responde a la necesidad de orientar al SUR cada aula, dado su mejor comportamiento frente a ganancias térmicas en invierno y protección solar en verano.