El proyecto se emplaza en el borde de la trama de un pueblo de marcado carácter rural. El programa residencial debía dar respuesta a una vivienda de fin de semana para aficionados al ala delta. La volumetría del conjunto de los tres bloques responde a ambos condicionantes. Se trabaja la sección, de forma que es el movimiento de las cubiertas la que genera la diversidad interior necesaria y la imagen global del conjunto. Una planta baja más o menos equivalente a todos los tipos se combina con crecimientos en planta primera en aquellos puntos en los que la cubierta se alza. Las rasgaduras u ojales que se generan en segundo plano permiten la iluminación de las habitaciones. Se trata de construir tres variantes de un mismo sistema generativo, logrando una imagen unitaria pero diversificada.