El objetivo principal de la propuesta es poner en valor el cerro del alcázar partiendo de la interpretación de la "esencia del lugar", es decir, aprovechando la capacidad propia del emplazamiento y sus valores naturales:
El proyecto valora el cerro como espacio vacío de alta calidad visual, donde la ciudad responde al paisaje circundante. Este carácter de vacío junto a la leve topografía, le proporcionan al lugar una gran capacidad de generación de situaciones alternativas. Las tensiones del lugar se convierten en líneas generadoras de la propuesta
El potencial arqueológico del sustrato incita a proyectar una intervención con carácter sutil, reversible, una actuación mínima. El propio territorio se convierte en material; su tratamiento busca desviar direcciones, encauzar miradas, señalar lugares, y en definitiva crear espacios capaces de albergar actividades impredecibles.
El parque se materializa según una retícula abstracta de 20x20, en referencia a la trama que sirve de base a las excavaciones arqueológicas según el método de Mortimer Wheeler. Esta trama abstracta marca una serie de puntos que, en contacto con el lugar, configuran los ámbitos de intervención de la propuesta .Los puntos sirven de soporte a diversos objetos o muebles: de luz, de agua, de reposo, verticales. La combinatoria de objetos y trama proporciona una gran flexibilidad de uso, y una fácil adaptación a las necesidades cambiantes en el tiempo.