El proyecto quiere dar una respuesta unitaria, capaz de aliviar un contexto urbano fuertemente degradado y de crear una articulación de espacios y recorridos que permitan dotar de flexibilidad de uso la resolución arquitectónica del programa de necesidades planteado. Con el fin de articular esta sucesión de espacios y de crear condiciones de habitabilidad coherentes con las necesidades planteadas nuestra propuesta se concreta alrededor de dos conceptos, integración y flexibilidad.
La propuesta parte de una reflexión sobre su incidencia en el espacio público y en las relaciones horizontales que el proyecto pueda originar entre las calles, la plaza central y los edificios. En el contexto y escala del barrio de la Soledat es necesario prestar atención a las gradaciones de dominio entre público y privado, entre la calzada por donde pasan los coches, los espacios peatonales y de uso público y las viviendas, intentando facilitar la transición entre ellos.
Buscar la integración en el barrio de la Soledat entendemos que significa intervenir con discreción midiendo el proyecto con las limitaciones espaciales y económicas del programa y de su entorno sin renunciar a la ambición de convertirse en una pieza básica del proceso de renovación urbana.
Entendemos que el valor del proyecto estriba en la introducción de nuevos usos específicos y en la aportación de un espacio público capaz de generar una nueva centralidad a su alrededor aportando argumentos y posibilidades para la revitalización del barrio y su integración en la ciudad.